Puntuación: 4.5 de 5.

Título: El día que se perdió el amor

Autor: Javier Castillo

Editorial: Debolsillo – Penguin Libros

ISBN: 9788466357807

Páginas: 426

Sinopsis:

A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.

Reseña:

Este libro es la segunda parte «El día que se perdió la cordura» del que os hablé hace unos días en esta reseña. ¿Por dónde empiezo? Pues diciéndote que así como el primero lo leí en dos días, este me duró algo más, y eso que es un pelín más corto. Se me hizo más lento, especialmente los momentos de Carla en el pasado. Es verdad que necesitaba averiguar qué ocurría y sobre todo tengo que decir que esperaba que aún se pudiera arreglar algo.

El ritmo del libro sigue la tónica desconcertante del primero, pasando de capítulo en capítulo a distintas fechas, localizaciones y narradores. Otra vez aquí, que cada capítulo va encabezado con la fecha exacta y la ubicación, y es fácil saber en las primeras líneas quién está siendo el protagonista en ese momento, aunque de nuevo los saltos al principio parecen aleatorios.

Creo que este libro me ha parecido aún más cruel que el primero, y por esta misma razón, al acabar el libro he entendido perfectamente el porqué del título. Cuando terminé el primero pensaba que se me hacía más acorde «el día que se perdió el amor» en el primer libro, pero después de leer ambos, entiendo porqué se lo dio al segundo. ¿Hay amor más grande que el familiar? ¿El que sientes por alguien que ha salido de tus entrañas?

A diferencia de «El día que se perdió la cordura» aquí no ha habido grandes sorpresas y quizá por eso me ha costado un poquito más acabarlo, aunque acabar un libro en 5 días es también muy buena señal, sobre todo cuando lees otros a la vez. La sensación es que este libro es sólo la continuación del primero pero tiene pocos giros, aunque los que hay ya te digo que son grandes y ponen todo patas arriba.

En esta segunda parte aparece un nuevo personaje principal, el inspector Bowring. Un detective con muchos asuntos pendientes, un caso enquistado y una tragedia a sus espaldas. Pero no os imaginéis al perfecto policía típico de estas novelas negras policíacas que tan de moda están. Éste tiene muchas taras y con eso juega la novela. Tengo que decir que me encantaría leer esa historia de Miranda y Bowring… ideas que le lanzo desde aquí a Javier Castillo…

En esta ocasión, he acabado con la misma sensación que en la primera parte. Me sigue faltando mayor implicación del tío de Jacob. Sigue pareciéndome demasiado externo a todo lo que sucede, un mero espectador, y así como me cuesta entender el lazo tan fuerte entre Amanda y Jacob, me falta entender el débil lazo entre tío y sobrino.

En resumen, novela más lenta que la primera sí. ¿Menos adrenalina? Pues al principio diría que sí, pero hacia la mitad coge el ritmo de vértigo de la primera. Puntuación general mía 4’5. Es decir, un pelín menos buena que la primera, pero muy también adictiva y muy necesaria.